Imagínate que quieres cambiar la instalación eléctrica de tu vivienda, comprarte una Smart TV para poder ver Netflix desde el sofá o cambiar los electrodomésticos de tu cocina. Generalmente, para hacer frente a estos gastos, se suele solicitar un crédito. Sin embargo, a la hora de solicitar un crédito entra en juego un segundo actor, la entidad que nos lo va a dar (o no).
El mayor temor que enfrentan las entidades financieras cuando van a dar un crédito es que los clientes dejen de realizar pagos. Para minimizar este riesgo, la entidad realiza un análisis detallado del perfil del cliente. Los cuatro criterios para esta revisión: los ingresos mensuales del solicitante, su estabilidad laboral, su historial bancario y verificar si aparecen en la lista de morosos.
Ingresos mensuales del solicitante
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Como en todo crédito, lo que la entidad va a mirar con lupa son los ingresos netos de la persona que solicite el crédito. Es decir, a los ingresos por nómina se le resta la cuota mensual de otros gastos que tenga la persona, como puede ser una hipoteca.
Generalmente, los bancos y las instituciones de crédito no quieren que la cuota mensual de un nuevo crédito supere el 30-35% de los ingresos netos mensuales. Por tanto, para una renta neta de 900 euros al mes, puedes solicitar un crédito con una cuota máxima de aproximadamente 300 euros. Si bien a priori es el requisito más importante, no es el único criterio a considerar.
Estabilidad laboral
Si tu trabajo es inestable, de nada sirve tener un buen ingreso mensual a la hora de solicitar un crédito. Trabajar en la misma empresa durante unos años o poco tiempo, pero tener un contrato indefinido es un factor positivo para obtener un préstamo. El grupo que tiene más fácil solicitar créditos son los funcionarios públicos.
Por el contrario, si estás en paro o tienes un contrato temporal, lo más probable es que la entidad rechace la operación porque no hay garantía de que el dinero prestado al cliente te sea devuelto. Para algunas situaciones especiales, como autónomos, trabajadores temporales, cuyos contratos serán indefinidos en los próximos meses, o está a punto de empezar a trabajar, se recomienda que acuda al banco para demostrar su credibilidad: nómina reciente / renta, IRPF, última vez que se pagó a la seguridad social, etc.
Historial bancario
Tener un buen historial en el banco siempre te beneficiará cuando pidas un crédito. Quizás sus ingresos mensuales no sean demasiado altos, pero su gerente puede evaluar que se ha mantenido al día con los pagos (como hipotecas o facturas de la casa) y que es un buen cliente.
Si estás en una lista de morosos (RAI/ASNEF)
Normalmente, si estás en la lista de morosos, una entidad financiera no te dará un crédito. Si perteneces a alguna de estas listas (RAI o ASNEF), tendrás que recurrir a préstamos rápidos o microfinanzas. Estos productos son proporcionados por instituciones financieras de crédito (no bancos) y pueden llegar a tener grandes condiciones.
¿Qué préstamo puedo contratar en mi caso, siguiendo estos criterios?
Al solicitar un préstamo, hay dos tipos diferentes de clientes: clientes que buscan préstamos personales y clientes que buscan préstamos o crédito rápidos. Los préstamos personales suelen tener una finalidad específica (comprar un vehículo, hacer reformas en una casa, viajar …), y los bancos ofrecen la mejor tasa de interés.
Por otro lado, los préstamos rápidos son aquellos préstamos que suelen otorgar las entidades de crédito online en pocos minutos. Las tasas de interés suelen ser más altas que las de los préstamos personales, pero suelen ser cantidades más pequeñas. A cambio, si los solicitantes no cumplen con todos los requisitos mencionados anteriormente, serán más flexibles.
Si estás en una lista de ASNEF tendrás que buscar una entidad financiera que no tenga en cuenta este requisito si quieres solicitar un crédito.
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